Tanto en “La Esmeralda” como en San Carlos, donde estudió María Teresa Berlanga, adquirió la capacitación técnica necesaria para convertirse en una buena pintora y grabadora figurativa. Trasladada durante cuatro años a Inglaterra, además de aprovechar la oportunidad de visitar importantes museos de Europa y apreciar el mejor arte antiguo y moderno, fue paulatinamente transformando sus formas de expresión. Su tránsito al expresionismo abstracto y luego a un expresionismo más libre y espontáneo, fue absolutamente consciente y su evolución completamente natural y no por el prurito de ponerse a la moda o -como hacen tantos otros- eludir la representación figurativa por su incapacidad para dominar el dibujo o por el desconocimiento de las reglas que se adquieren, mediante una formación académica. Sus primeras obras, dentro del expresionismo abstracto, -que no figuran en la presente exposición- fueron el producto de sus búsquedas en el campo de los colores, que la llevaron a ...
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